Cómo practicar la gratitud durante una pandemia

Las fiestas están a la vuelta de la esquina, pero como muchas otras cosas este año, todo es diferente debido a la COVID-19. Los profesionales de la salud pública recomiendan que evitemos los viajes y que nuestras celebraciones navideñas incluyan sólo a las personas de nuestra casa. Pero aunque no podamos reunirnos con nuestros seres queridos de la forma que deseamos, en cierto sentido, la pandemia nos está recordando lo que realmente son las fiestas: quererse, proteger la salud de los demás y dar las gracias.

¿Por qué sentirnos agradecidos ahora?

Con todos los desafíos que el COVID-19 ha traído al bienestar físico, emocional y financiero de las personas, es posible que te preguntes si en 2020 hay mucho por lo que dar las gracias.

Pero una vez más, la pandemia nos devuelve a lo básico. Si usted y sus seres queridos están sanos, eso es algo por lo que hay que dar las gracias. Si tienes un empleo y tu negocio sobrevive, incluso prospera, eso es algo muy importante. Si realiza estudios estimulantes que le hacen avanzar en su carrera, o actividades creativas que le dan un sentido y un propósito, lo está haciendo muy bien.

Puede que sientas gratitud por el personal sanitario que salva vidas y por los trabajadores esenciales que mantienen los servicios en funcionamiento. Incluso las pérdidas y los conflictos pueden hacernos más profundos y más empáticos. Es bueno hacer una pausa y reconocer esos regalos ocultos.

Beneficios de la práctica de la gratitud

Centrarse conscientemente en la gratitud es una forma de salir de los sentimientos de ansiedad y depresión, tan comunes en nuestro mundo de color pandémico. Las investigaciones muestran una asociación fuerte y consistente entre la gratitud y la felicidad.

En un estudio, los participantes que escribieron listas de gratitud durante 10 semanas manifestaron más optimismo y buenos sentimientos que otros participantes. Los beneficios también fueron, sorprendentemente, físicos: hicieron más ejercicio y tuvieron menos visitas al médico.

Practicar la gratitud no consiste únicamente en dar las gracias en torno a una mesa navideña. También puede formar parte de una rutina diaria de meditación o escritura.

¿Qué es la meditación de la gratitud?

La mayoría de las formas de meditación consisten en sentarse y concentrarse en un objeto para acallar el parloteo aleatorio de la mente. Ese objeto puede ser la respiración, la llama de una vela o la gratitud, por nombrar algunos ejemplos. En la meditación de la gratitud, centras tu atención conscientemente en las cosas de tu vida por las que estás agradecido.

Cómo practicar la meditación de agradecimiento:

  • Siéntate en una posición cómoda. Puedes sentarte en una silla con el respaldo recto, con los pies en el suelo y el dorso de las manos sobre las rodillas, con las palmas hacia arriba en un gesto de receptividad. O puedes sentarte con las piernas cruzadas en un cojín de meditación, con las rodillas tocando el suelo y las manos en la misma posición receptiva.
  • Pon un temporizador. Pon el temporizador de tu teléfono en 10 minutos para empezar. Puedes aumentar el tiempo a 15 y 20 minutos a medida que le cojas el tranquillo.
  • Toma conciencia de tu respiración. Concéntrate en tu respiración y en las sensaciones corporales al inhalar y exhalar. Relaja cualquier tensión en tu cuerpo.
  • Dirige tus pensamientos hacia la gratitud. Puedes empezar con lo que agradeces de tu entorno inmediato, como el sol en tu cara o la vista desde tu ventana. A continuación, pasa a los aspectos de tu cuerpo por los que estás agradecido, como los ojos que ven la belleza, los oídos que oyen los pájaros de fuera y el corazón que sigue latiendo.

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