Esperanza de vida de los ms avanzados
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La esclerosis múltiple (EM) avanzada se refiere a una persona que está gravemente debilitada por sus síntomas. La mayoría está en silla de ruedas o en cama, y depende de un cuidador a domicilio, de un familiar o de una residencia de ancianos para sus necesidades personales y sanitarias. Aunque hay casos raros de personas que desarrollan la EM y progresan rápidamente, la gran mayoría de las personas con EM avanzada han tenido la enfermedad durante años.
Los síntomas de una persona con EM avanzada son similares a los de una persona en las primeras etapas de la EM; sin embargo, tienden a ser mucho más graves y son mucho más numerosos. Además, hay algunos síntomas que suelen ser exclusivos de la EM avanzada, como los problemas para tragar y la dificultad para hablar.
Esclerosis múltiple en fase 4
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad del sistema nervioso central (SNC), formado por el cerebro, la médula espinal y el nervio óptico. Cuando la enfermedad progresa rápidamente, se conoce como una forma aguda de la afección denominada esclerosis múltiple fulminante. Esta afección se denomina a veces esclerosis múltiple de tipo Marburg.
Este trastorno provoca la destrucción del revestimiento (mielina) que rodea y protege las fibras nerviosas (axones). Como resultado, el daño interrumpe el flujo normal de mensajes (impulsos nerviosos) del sistema nervioso central, causando una reducción o pérdida de la función corporal. En muchos casos, también se destruyen los axones.
Los pacientes pueden experimentar estos síntomas de forma repentina y sin mucho aviso. Tras la primera aparición de los síntomas, los pacientes suelen experimentar más episodios de recaída y un rápido deterioro de sus capacidades neurológicas y físicas en un corto periodo de tiempo.
Dado que el riesgo de padecer esclerosis múltiple es significativamente mayor cuando uno de los padres ha sido diagnosticado de la enfermedad, los factores genéticos pueden influir. La inusual relación entre la ubicación geográfica de una persona durante la infancia y el riesgo de padecer esclerosis múltiple más adelante sugiere que puede haber factores ambientales en la enfermedad.
Recuperación de la parálisis
La esclerosis múltiple es una enfermedad que puede presentarse de forma diferente para quienes la padecen. Un diagnóstico de esclerosis múltiple no es una sentencia de muerte, ya que puede controlarse y permanecer en remisión. Sin embargo, en algunos casos, el empeoramiento de los síntomas puede provocar una serie de discapacidades. Aunque la enfermedad no es mortal, las complicaciones de la EM pueden contribuir a la muerte de una persona.
Durante las fases finales de la EM, también conocidas como esclerosis múltiple avanzada, la independencia del paciente puede verse considerablemente disminuida. La complejidad de los problemas médicos de la persona en esta fase requiere la supervisión constante de un cuidador. También puede ser necesario que el cuidador le proporcione cuidados personales y le ayude con las actividades cotidianas que ya no puede realizar.
Como se ha mencionado anteriormente, la enfermedad es imprevisible. No todas las personas que padecen esclerosis múltiple experimentarán las etapas finales. Sin embargo, es importante conocer cómo podrían ser las etapas finales de la esclerosis múltiple y tener una visión completa de la enfermedad. La mejor manera de que los enfermos de esclerosis múltiple y sus seres queridos se preparen es armarse de información.
Tipo de parálisis en la esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple (EM) es la enfermedad neurológica discapacitante más común entre los adultos jóvenes, y los síntomas suelen aparecer entre los 20 y los 40 años. En la EM, las células del sistema inmunitario que normalmente nos protegen de los virus, las bacterias y las células enfermas atacan por error la mielina del sistema nervioso central (cerebro, nervios ópticos y médula espinal), una sustancia que constituye la vaina protectora (llamada vaina de mielina) que recubre las fibras nerviosas (axones).
La EM es una enfermedad crónica que afecta a las personas de forma diferente. Un pequeño número de personas con EM tendrá un curso leve con poca o ninguna discapacidad, mientras que otras tendrán un empeoramiento constante de la enfermedad que conduce a una mayor discapacidad con el tiempo. Sin embargo, la mayoría de las personas con EM tendrán breves períodos de síntomas seguidos de largos períodos de relativa inactividad, con una recuperación parcial o total. La EM afecta con más frecuencia a las mujeres que a los hombres. La enfermedad rara vez es mortal y la mayoría de las personas con EM tienen una esperanza de vida normal. Los nuevos tratamientos pueden reducir la discapacidad a largo plazo de muchas personas con EM. En la actualidad todavía no hay cura ni formas claras de prevenir el desarrollo de la enfermedad.