Lagrimeo y secreción de los ojos del bebé
Limpie cada ojo desde la esquina junto a la nariz hacia afuera. Utiliza un trozo de algodón limpio para cada limpieza. Acuérdate de lavarte las manos antes y después y evita compartir las toallas para evitar el contagio.
Los signos de ojos pegajosos pueden confundirse a veces con una infección llamada conjuntivitis. En el caso de la conjuntivitis, los signos son una sustancia pegajosa verde y amarillenta que vuelve a aparecer con regularidad. Si los notas y se prolongan durante más de 24 horas, ponte en contacto con tu médico de cabecera. La conjuntivitis se transmite fácilmente, así que lávate las manos y utiliza una toalla distinta para tu bebé.
A algunos bebés les lloran los ojos. Masajear los conductos lagrimales puede ayudar a desalojar las lágrimas que se han acumulado en la parte superior del conducto lagrimal de tu bebé, además de favorecer el desarrollo del conducto lagrimal. Para ello, aplica una ligera presión con el dedo índice limpio y masajea desde el rabillo del ojo del bebé hacia la nariz. Repítelo varias veces al día durante un par de meses. Si el problema persiste después de un año, el bebé puede ser remitido a un hospital oftalmológico para su tratamiento.
Secreción ocular en bebés resfriados
Muchos bebés pequeños y sanos pueden tener los ojos llorosos o »pastosos». Los padres suelen preguntarse si su bebé tiene una conjuntivitis o una infección ocular. En realidad, la causa habitual es un pequeño conducto lagrimal obstruido. No es una infección bacteriana y no necesita gotas antibióticas. Afortunadamente, es inofensiva y no afecta a los ojos del bebé. Se resolverá por sí solo con un tratamiento casero.¿Por qué son importantes los conductos lagrimales? La glándula lagrimal (encima del ojo) produce lágrimas para bañar y proteger el ojo. El conducto lagrimal (debajo del ojo) drena las lágrimas y los residuos para que salgan. Si el conducto lagrimal se obstruye o se tapa, no hay lugar para las lágrimas y los residuos. Las lágrimas empezarán a salir por encima del ojo, y los restos y el moco empezarán a acumularse en la esquina interior del ojo, formando materia.
¿Por qué se obstruyen los conductos lagrimales de los bebés? Los bebés, al ser pequeños en general, tienen conductos lagrimales muy pequeños. Además, cualquier cosa que haga que la nariz del bebé se hinche -como mucho llanto o un resfriado- hará que el conducto lagrimal se cierre. ¿Cómo puedo desobstruir los conductos lagrimales de mi bebé? Afortunadamente, no hay que hacer nada, porque dejar el ojo solo no es perjudicial. Sin embargo, si el drenaje le molesta, pruebe lo siguiente. Aplicar compresas húmedas y calientes sobre el ojo y masajear los conductos lagrimales puede ayudar a abrir el conducto lagrimal. Esto debe hacerse varias veces al día hasta que el bebé crezca lo suficiente como para que sus conductos lagrimales se amplíen por sí solos. Si el problema persiste cuando el bebé tiene más de 12 meses, un oftalmólogo puede abrir quirúrgicamente el conducto obstruido, pero esto no suele ser necesario. ¿Cómo puedo saber si se trata de una conjuntivitis? La conjuntivitis es una infección del revestimiento del ojo. Hay pus espeso en el ojo y las pestañas, y la parte blanca del ojo estará roja.
Secreción ocular del niño
Durante el parto, las bacterias y los virus de la vagina de la madre pueden pasar al bebé y provocar una infección por conjuntivitis. Esto puede ocurrir con las bacterias normales y sanas que viven en la vagina de la madre, o con las bacterias y virus dañinos que causan infecciones, como las enfermedades de transmisión sexual (ETS). Si estás embarazada y tienes una ETS, tu bebé puede correr un mayor riesgo de padecer conjuntivitis.
Los recién nacidos también pueden contraer la conjuntivitis si se les irritan los ojos con productos químicos, como las gotas oculares que se les administran al nacer. Los médicos dan a los bebés gotas oculares para prevenir infecciones, pero estas gotas oculares también pueden irritar los ojos de algunos bebés. La buena noticia es que este tipo de conjuntivitis suele mejorar por sí sola en uno o dos días, y es mucho menos grave que una infección.
Los recién nacidos también pueden tener conjuntivitis por un conducto lagrimal obstruido. Los ojos sanos producen lágrimas para mantener los ojos húmedos, y luego las drenan a través del conducto lagrimal en la esquina del ojo. Si el conducto lagrimal está obstruido, el ojo del bebé puede irritarse y provocar conjuntivitis.
Secreción ocular de un bebé de 2 semanas
Los recién nacidos con conjuntivitis presentan secreciones oculares entre unos días y varias semanas después del nacimiento. Los párpados se hinchan, enrojecen y se vuelven sensibles. La causa de la conjuntivitis neonatal suele ser difícil de determinar porque, en muchos casos, los síntomas no varían según la causa.
La conjuntivitis en un recién nacido puede estar causada por un conducto lagrimal obstruido, una irritación producida por los antimicrobianos tópicos administrados al nacer o una infección por un virus o una bacteria transmitida de la madre al bebé durante el parto. Incluso las madres sin síntomas (asintomáticas) en el momento del parto pueden ser portadoras y transmitir bacterias o virus a los bebés durante el nacimiento.
Para prevenir la conjuntivitis neonatal, la mayoría de los estados tienen leyes que obligan a los proveedores a poner gotas o pomada en los ojos del recién nacido, normalmente a las 2 ó 3 horas del nacimiento. En el pasado, los hospitales utilizaban nitrato de plata; ahora los hospitales utilizan sobre todo colirios antibióticos, normalmente eritromicina. Durante el embarazo y antes de dar a luz, las mujeres con herpes genital deben consultar a su médico sobre las formas de minimizar las posibilidades de contagio al recién nacido.