Oligoartritis frente a artritis reumatoide
Los niños con artritis idiopática juvenil oligoarticular tienen artritis en menos de 5 articulaciones en los primeros 6 meses de la enfermedad. En algunos niños, con el tiempo se afectan más articulaciones. También pueden producirse problemas en los ojos y en el crecimiento de los huesos.
Los niños con AIJ oligoarticular tienen artritis en menos de 5 articulaciones al principio. Lo más frecuente es que se produzca en articulaciones grandes como las rodillas, los tobillos y los codos. Los niños con artritis suelen quejarse de rigidez después del descanso, como por la mañana o después de la siesta. Es posible que no tengan dolor y que las articulaciones no muestren una hinchazón evidente.
La AIJ oligoarticular es una enfermedad autoinmune. Esto significa que el sistema inmunitario del organismo, que normalmente ataca a los gérmenes, ataca por error a las articulaciones. Esto provoca inflamación (hinchazón e irritación) en las articulaciones y otros problemas.
Los objetivos del tratamiento son aliviar el dolor y la inflamación, mejorar la fuerza y la flexibilidad y prevenir el daño articular. El tratamiento suele incluir medicamentos para aliviar la inflamación (tomados por vía oral e inyectados en la articulación), gotas oculares para la uveítis, fisioterapia y ejercicio.
Ejemplos de oligoartritis
En algunos casos puede observarse anemia. La presencia de una infección o de una erupción asociada a la artritis debe hacer sospechar una poliartritis que requiere un tratamiento más agresivo. A medida que la enfermedad progresa, puede dar lugar a cualquiera de las dos condiciones. Oligoartritis persistente: Si no hay más articulaciones afectadas durante un período de tiempo, se denomina oligoartritis persistente. Esta afección es una versión más leve de la enfermedad.
Oligoartritis prolongada: Si se afectan más de 4 articulaciones adicionales a lo largo del tiempo, la enfermedad pasa a llamarse oligoartritis extendida. Este tipo de artritis es más probable que se dé en chicas jóvenes que en chicos. Se afectan articulaciones similares (en ambos lados) y hay un mayor riesgo de desarrollar problemas oculares (uveítis). En comparación con los niños con oligoartritis, estos niños son más propensos a desarrollar una artritis crónica y, por tanto, necesitan un tratamiento más agresivo. Pronóstico de los niños con oligoartritisLos niños con oligoartritis tienen un buen pronóstico en comparación con los que padecen otras formas graves de artritis. La mayoría de los niños que padecen esta enfermedad la sobrellevan bastante bien. Si se instaura una atención adecuada a una edad temprana, se pueden prevenir los efectos adversos del proceso de la enfermedad. Sin embargo, algunos niños con oligoartritis tienen una longitud desigual de las piernas debido a los diferentes ritmos de crecimiento de los huesos. La predisposición a la enfermedad inflamatoria del ojo puede causar ceguera si no se atiende. El dolor no suele verse, lo que impide buscar atención médica.
Oligoartritis número de articulaciones
La oligoartritis es una forma de inflamación articular en la que se ven afectadas de dos a cuatro articulaciones. En algunos casos, la inflamación puede permanecer en este nivel, mientras que en otros puede progresar, afectando a más articulaciones y convirtiéndose en poliartritis. Las personas pueden experimentar la aparición a cualquier edad, y hay una variedad de opciones de tratamiento disponibles para los pacientes con esta condición, dependiendo de la causa de la inflamación, la edad del paciente, y otros factores.
Esta palabra deriva de las raíces de «pocos», «articulación» e «inflamación». Significa literalmente «inflamación de unas pocas articulaciones», para diferenciarla de la inflamación en una sola articulación o de la inflamación en más de cinco articulaciones. Por lo general, la oligoartritis afecta a las grandes articulaciones del cuerpo, aunque puede afectar a cualquier articulación. Las más comunes son el pulgar, la rodilla y la cadera.
La inflamación de las articulaciones puede causar rigidez, dolor, crujidos y otros problemas. Las personas también pueden experimentar calor e hinchazón alrededor de la articulación, y pueden notar que los síntomas empeoran en diferentes momentos o después de una actividad intensa. Un médico puede realizar una evaluación para saber más sobre la localización del dolor y explorar las posibles causas de la inflamación. Esta evaluación puede incluir el uso de estudios de imagen médica para ver el interior de la articulación sin realizar procedimientos invasivos.
Síntomas de la oligoartritis
Un hombre de 23 años se presentó a un nuevo médico de cabecera solicitando tratamiento para su gota. Llevaba cuatro años viviendo en Australia tras emigrar de Bangladesh. Describió una historia de un año de gota en la rodilla derecha y el tobillo izquierdo, diagnosticada tras un nivel elevado de ácido úrico en suero. El único otro antecedente médico reportado era asma y rinitis alérgica. Había experimentado un dolor constante con una mejora mínima a pesar de un curso de seis meses de febuxostat y cursos de prednisolona y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Una inyección de cortisona en la rodilla un mes antes fue algo útil; sin embargo, el dolor del tobillo persistía. En la exploración, tenía el tobillo izquierdo moderadamente hinchado, con una leve sensibilidad lateral pero sin eritema suprayacente. El tobillo estaba tibio pero no caliente, con un rango de movimiento ligeramente limitado debido a la hinchazón.
El diagnóstico definitivo de gota requiere la confirmación de los cristales monosódicos bajo microscopía polarizada, mediante aspiración de una articulación, bursa o tofo afectado. Esto es importante para excluir una infección y también porque la gota suele requerir un tratamiento reductor del ácido úrico de por vida. Debe comprobarse la concentración sérica de ácido úrico; sin embargo, ésta puede ser normal en pacientes con gota aguda, y la hiperuricemia por sí sola no es diagnóstica de gota. Es necesario evaluar la función renal, ya que el deterioro de la función renal es tanto un factor de riesgo como una posible complicación de la gota. Debe considerarse la realización de una radiografía simple para evaluar el daño articular y la investigación de una causa secundaria de la gota.2